jueves, 31 de diciembre de 2015

Paquete #3

Sinopsis: Esta historia cuenta la vida de El Cholo, un peruano que busca oportunidades de trabajo en Venezuela (si, en Venezuela). El Cholo termina trabajando como asesino a sueldo, junto a varios compañeros que también son inmigrantes. El valor de la vida y el poder de quitarla transformarán, poco a poco, la perspectiva de este peculiar personaje. 


Un poco de historia

Alfredo Hueck es recordado por dirigir Bloque 1, el primero de dos mediometrajes que conforman el film Bloques (2008); protagonizado por Dimas González quien representa a un solitario hombre cuyo apego al alcohol lo hace buscar amor en lugares y personas equivocadas. Empiezo mencionando su anterior proyecto porque recomiendo ver este trabajo; en el mismo se visualiza esa narración fresca pero a la vez densa que busca retratar el director caraqueño. 

Ahora si hablemos del paquete en cuestión

Tantas películas nacionales se han dedicado a hablar de la delincuencia y violencia (desde los años setenta) que nos hemos acostumbrado o aburrido de ellas. Lo vivimos, lo padecemos, lo vemos en pantalla pero el problema persiste. Era necesario un cambio en el discurso, en el formato cinematográfico con respecto al tema. Es ahí en donde entra Paquete #3, que presenta de una manera innovadora la propuesta de contar el trillado tema. 

Una de las cosas valiosas de Paquete#3 es la elaboración de un universo cinematográfico. El film no pretende “parecer de verdad”, más bien recrea a través de sus pintorescos personajes una Venezuela alterna que padece los mismos problemas que nosotros. Como si esa realidad paralela fuera sacada de uno de esos multiversos que vemos en los comics. Aquí, por ejemplo, vemos a Emilio Lovera ser un narrador comprometido con la audiencia, tratando de darle coherencia a la trama que es tan compleja como el funcionamiento del país en el que vivimos. 

El trabajo de post producción es un protagonista más del film. La edición dinámica y los efectos visuales (muchos funcionan para censurar, creativamente, las muertes) encajan perfectamente con el personaje de El Cholo. Ese surrealismo que experimenta, mientras sueña o medita en su mugriento cuarto, recrea perfectamente el absurdo que vivimos a diario con nuestras dificultades. Esta forma de hacer cine en nuestro país, más arriesgada, que apunta a expresar cuidadosamente lo que se tiene en mente, sin tanto prejuicio y confiando en la audiencia venezolana, es algo que se agradece. 


Toda el área de producción es impecable. La cinta fue rodada en Mérida pero el escenario pinta más bien como tierra de nadie, desolada y lúgubre; el paisaje perfecto. Debo hacer mención especial al vestuario y diseño de arte que resultan verosímiles y se aleja de esa puesta en escena artificial y nada convincente que he visto en muchas películas venezolanas. 

La cinta no sería nada sin las actuaciones. Por momentos se siente como una película coral. Se le da espacio a cada uno de los personajes y hay oportunidad de encariñarse (o arrecharse) con ellos. Siento relevante el trabajo de Beto Benites, Emilio Lovera, Vicente Peña y Guillermo Londoño como Mirapalcielo.

Recomiendo Paquete #3 por ser una cinta arriesgada, entretenida y e inteligente. Afortunados aquellos que pudieron verla. Quienes aún no la han visto, consulten a su Barba Negra más cercano.

Trailer:

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