sábado, 29 de agosto de 2015

Misión Imposible: Nación Secreta

Sinopsis: La CIA le hace la vida imposible a la FMI (Fuerza de Misiones Imposibles); al punto de querer desmantelar por completa la agencia en la que opera hace años Ethan Hunt. Paralelo a este problema, y pese a las limitaciones que el primer conflicto genera, Hunt deberá juntar a su equipo para enfrentar a “El Sindicato”, una nueva amenaza terrorista que busca crear un nuevo orden mundial. 

Algunos cosillas antes de…

Nunca he sido un fan de la saga Misión Imposible. Sin embargo he visto todas sus películas con total empatía y, en la mayoría de los casos, han resultado ser buenos blockbuster: entretenidos, divertidos y llenos de sus esperadas escenas de acción y tensión.

El personaje Ethan Hunt, siempre con una sobriedad y habilidades supremas, es la clave de que la franquicia perdure. Es un icono del cine moderno. Y, ah claro, Tom Cruise. Como olvidar al inigualable actor que continua asombrándonos al realizar la mayoría de las acrobacias que exige el guión y así generar autenticidad a las escenas.

Christopher McQuarrie vuelve a hacer equipo con Tom Cruise dirigiendo Misión Imposible: Nación Secreta. Ambos trabajaron en Jack Reacher (2012); pero como no vi la película de Jackie me voy a lanzar a hablar única y exclusivamente de lo que ambos lograron en esta nueva película. 

Fui a ver Misión Imposible: Nación Secreta (2015) con bastante expectativa. Su predecesora, Misión Imposible: Protocolo Fantasma (2011), resultó bastante bien. La incorporación de Jeremy Renner, Paula Patton y la permanencia de Simon Pegg (quien ingresó a la franquicia en la 3ra entrega) dieron frescura al elenco. Además, no olvido la escena de acción en Dubai que es sin duda una de las mejores logradas de toda la saga. 

Sin embargo no puedo decir lo mismo de la cinta en cuestión. Tengo varias quejas a pesar de que logró entretenerme. Muchas cosas me hicieron ruido visual y trataré de explicar lo mejor posible todas ellas.

Empezaré primero por lo bueno…y luego a esmechar

Punto a favor: la actriz sueca Rebecca Ferguson como Ilsa Faust. ¿Es buena o es mala? Su condición anti heroína desorienta y mantiene un ambiente de intriga la mayor parte de la película. Por lo general en estos films existen dos chicas, la buena y la mala (al mejor estilo Bond). Ferguson, con soberbia y sensualidad, desempeña ambas facetas y el resultado no puede ser mejor. Engaña a Ethan, engaña al villano principal (Sean Harris) y engaña a la audiencia. 


Por tratarse de Misión Imposible nos encontramos con mucha acción. La escena del avión (ejecutada por el mismo Cruise), las carreras en moto y la secuencia acuática bajo la planta eléctrica cumplen su función a cabalidad. 

Pero debo decir que hubo cosas que no me convencieron de este film. Para empezar, esa inseguridad que nació en el personaje de Ethan en la película anterior, que le generaba dudas al momento de hacer una gran hazaña o acrobacia (que evidentemente era por motivos a su ya avanzadita edad) desaparece completamente. Ethan se rejuvenece de la noche a la mañana. No titubea para realizar nuevos retos. Ese aspecto, que me parecía valido y muy necesario, lo desecharon sin siquiera tomarse la molestia de explicarlo. O sea, el tipo está aún más viejo pero el miedo que tenía hace pocos años desaparece; y además parece tener la misma destreza y energía de las primeras entregas.

Otro punto poco convincente fue el manejo del reparto. Esperaba que el regreso de Ving Rhames fuera más significativo. No es la estrella de la película pero al menos su presencia y agraciada rudeza hacían que valiera la pena estar en cámara. En este caso hace pareja de aventuras con Jeremy Renner pero ambos actores no congenian. Rhames sólo exclama algunas frases y levanta la voz para defender a Ethan. Creo que habría funcionado mejor con Simon Pegg.

En el caso del personaje de Renner lo vemos persuasivo, muy hablador y aparentemente dispuesto a actuar; pero hace poco para las exigencias que tiene. Luego de todo lo que padeció para ingresar al club de Ethan sólo tiene misiones poco arriesgadas. ¿En algún momento lucha contra alguien? No recuerdo.

Puede haber una similitud entre esta película y la anterior con respecto a la que ocurre con la FMI (Fuerza de Misiones Imposibles). En Nación Secreta hay un proceso por parte de la CIA que desmantela temporalmente dicha agencia. En Protocolo Fantasma prácticamente se diluye y el equipo de Ethan termina trabajando con lo que hay en un vagón de tren. Esa similitud termina cuando veo más tortuosa y cuesta arriba las dificultades de Protocolo Fantasma. Hay una formula intrínseca, eso lo sabemos, mucho de lo que ocurre es predecible, pero creo que en Protocolo Fantasma nos hicieron creer que eso podía cambiar. Además, confieso que en esta quinta entrega, durante ese momento de calma antes de la acción (que suele durar unos 40 min), la película se torna aburrida. Casi ni recuerdo bien que pasaba en esos momentos. 

Sí, estoy comparando mucho ambas películas; pero son la continuidad inmediata. Creo que no se conservó la lucidez y el dinamismo que había conseguido Brad Bird (director de Protocolo Fantasma). Es el riesgo de tener un director distinto para cada film. A veces funciona, a veces no. 

Nación Secreta no será el film más memorable de la franquicia. Su sentido del humor (escaso en esta entrega), las escenas de acción y la puesta en escena clásica de la saga logró mantenerme en el asiento. 

A mí me entretuvo, de verdad, pero es muy probable que produzcan una sexta entrega y creo que seguir este sendero orientará la franquicia a algo genérico, con personajes poco memorables; no es un digno rival para competir contra Marvel o Dc Comics (este último que ya se las trae). 

Espero que Tom Cruise lea esto y llame de nuevo a Brad Bird.