domingo, 13 de septiembre de 2015

Todo por la taquilla


Sinopsis: Cuatro amigos (Alfredo, David, Cesar y Manuel) se reúnen para culminar su proyecto soñado, Hostilla, la primera película de vaqueros venezolana. El desarrollo de este proyecto se transforma en una agitada aventura en donde cada uno de los personajes padecerá los infortunios de sus defectos y los tradicionales obstáculos externos para concluir el gran sueño de sus vidas. 





¿Mi tardanza justifica el fin?

Esta cinta se estrenó ya hace semanas en nuestra ciudad. Ya no está en cartelera. Quizás este breve comentario de la película no esté ubicado en tiempo y espacio. Pero creo conveniente tener este registro en el blog debido a varios puntos: (a) Porque el director es oriundo de Trujillo y eso motivó (digo yo) a que filmaran en locaciones de nuestra tierra andina, (b) porque la promoción de la película tuvo como consecuencia que sus realizadores y actores visitaran dos de nuestras universidades (ULA-NURR y la UVM), y (c) porque el día que se estrenó la obra en nuestra ciudad contó con varios miembros del reparto a las afueras de la sala (algo que pocas veces vemos por acá).

Debido a toda esa actividad comparto mi comentario sobre Todo por la taquilla

Western a lo venezolano

Todo por la taquilla, ópera prima de Héctor Puche, inicia mostrándonos un pueblo western (muy a lo Hollywood). El duelo clásico entre antagonista y héroe se convierte en un absurdo que marca el tono del film. Esa secuencia es interrumpida para presentar a los personajes creadores del film y explorar lo que ocurre detrás de Hostilla, la épica historia. 

El grupo de los cuatro amigos no congenian, no armonizan ideas debido a sus marcadas personalidades y defectos. El director que carece de autoridad y carácter, el actor que está convencido de ser una estrella innata, el productor que resuelve con lo que sea su propio trabajo y el director de fotografía que jamás concluye un proyecto. Sin embargo su compañerismo termina siendo el motor de esta idea que poco a poco se materializa.

La historia es una sátira a la desorganizada forma (que tienen muchos) de hacer cine; milimétricamente improvisado y descuidado. Lo que me hizo recordar el trabajo de Ed Wood. Aquel director americano que realizó mediocres películas pero que para él eran totales y absolutas obras maestras. ¿Podría ser ese énfasis al trabajo mediocre y de salida fácil una metáfora a la forma de trabajar del venezolano? 

Debo comentar la aparición de Niquitao en la película. Me agradó ver a un pueblo trujillano tan bonito en la gran pantalla (no es la primera vez). El efecto de este paisaje montañoso y frio es una discordia total e irracional a los ojos del clásico y desértico ambiente de una película de vaqueros. Lo mismo ocurre con el vestuario, más cercano a una versión venezolana de Pasión de Gavilanes. En pocas palabras estos elementos enriquecen la sátira de la película. 

El primer acto, lejos de ser perfecto, funciona bastante bien ya que percibimos los ciclones emocionales de sus personajes. Nada profundo, claro está, pero logran entretener. Sin embargo esto no ayuda al forzado ritmo de la historia y la deteriorada edición que debilitan gran parte de las escenas y deja huecos argumentales que se resuelven de manera muy práctica (el personaje de Dimas González es ignorado en la última etapa de la cinta y su final feliz se siente impuesto, nada verosímil). Por otro lado está el humor que en gran parte se reduce a situaciones que buscan la risa fácil; y en la mayoría de los casos no funciona. 


Todo por la taquilla es una película que se aleja de ser pretenciosa. Una producción independiente que busca principalmente entretener y refrescarnos el ánimo a pesar de sus desaciertos. En mi caso espero el próximo trabajo de Héctor Puche; un documental sobre el Rap, la cultura urbana en Venezuela y su aporte artístico.

Trailer


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